jueves, 11 de octubre de 2007

GALAYOS, UNA APUESTA POR LA EVOLUCIÓN

Nos costó, pero al final salimos de Valencia el 5 de Octubre de 2007 a las 20:00 dirección Guisando, en la Provincia de Ávila.

Nuestro plan; Galayos.

Queríamos escalar El Torreón, el Pequeño y Gran Galayo, La Aguja Negra, etc. y no teníamos más planes que esos, por ello cargamos las mochilas con casi 20 kg entre comida, tienda y cacharros e hicimos marcha.

El mismo Viernes, Esther me llamó y me dijo que también se dirjían hacia allí así que acordamos quedar para cenar en el camino y montar una carvana hacia la sierra de Gredos.

Llegamos al Parking de la Cabra (Nogal del Barranco) sobre la 1,30h del Sábado y tiramos los aislante, los sacos y las fundas de vivac junto al coche y sin más miramientos nos pusimos a dormir. La verdad es que la edad y las “malas” costumbres se notan, ya que no pasé lo que se dice una buena noche.

En fín, sobre las 10,30 de la mañana salimos hacia el refugio Victory y aún saltandonos la Apretura, cumplimos el recorrido entre mis 2 horas y las 2 ¾ de Edu y Pau.

Esa misma tarde intentamos un par de vías con sendos fracasos y creo que en el refugio, que parece que lo hayan puesto a propósito en frente de las paredes para deleitarse con los éxitos y los errores del personal, se lo pasaron pipa a nuestra costa ya que la jodimos en los dos intentos.

A parte de la dificultad técnica de las vías, la capacidad de orientación es vital en la escalada clásica y Galayos no se escapa a esta máxima, así que esa misma noche nos pusimos las pilas y preguntamos a diestro y siniestro hasta que nos dieron claras indicaciones de como atacar la Oeste del Pequeño Galayo.
El Domingo nos levantamos algo desanimados por el fiasco de la tarde anterior y a las 10,20h estabamos a pié de vía y en marcha. Pau se curró el primer largo que yo abandoné hacía 16 horas y a partir de ahí todo fué sobre ruedas. En unas 4 ó 5 horas acabamos la vía, incluyendo un tramo de 5+ que se salía de lo previsto y que nos llevaría a conquistar para nuesto deleite la cima del Pequeño Galayo.
Continuamos la jornada con el Gran Diedro del Gran Galayo y ahora tenemos la certeza de que nos volvimos a equivocar de vía. Quizá nos quede la satisfacción de haber abierto una nueva traza en esas paredes.

Sea como fuere, llegamos a la cima sin grandes dificutaldes y sobre las 19,00 de la tarde estabamos de regreso en el refugio.


El lunes por fín le tocaba el turno Al Torreón y aunque teníamos programadas dos vías, obtamos por asegurarnos la cima por la Sur directa y dejar para el futuro la Sol Galilea.
Solete, que prometió llegar el domingo por la tarde, apareció por suerte para él, en el preciso momento que nos marchabamos hacia la tapia y le concedimos una horita para que descansara y desayunara algo.

Lamentablemente yo me dejé el juego de empotradores en el coche, así que solo disponíamos de seguros para una cordada y decidimos escalar una cordada tras otra, dejando los seguros colocados para aprovechar el poco material del que disponíamos. La estrategia no fue muy acertada ya que evidentemente esto nos obligaba a esperarnos los unos a los otros en las reuniones. Ximo me explicó esa misma noche, una técnica que hubiera agilizado la marcha de las dos cordadas. Sencillamente se trata de que el segundo y tercero de cordada escalen próximos entre sí como si de una cordada de tres se tratara, salvo que el tercero lleva la cuerda del cuarto en su arnés. Una vez que los tres primeros están en la reunión, la primera cordada inicia un nuevo largo con el material recuperado y el tercer escalador asegura al cuarto, de esta forma siempre hay dos personas escalando al mismo tiempo.

Como aprendizaje, no está mal, pero lo que no creo que se aprenda, o mejor dicho que se supere, es la impresión que me causó la escasísima cima de esta aguja. Al llegar arriba, estabamos todos pletóricos y yo me aventuré a localizar el punto de descenso de la cara norte y a que mala hora lo descubrí en el canto de un duro.
Es necesario gatear para llegar a él ya que la plataforma apenas tiene 50cm de ancho por 2 ó 3 metros de largo. Las caidas a derecha e izquierda son de unos 60 metros y todo el conjunto se adereza con una niebla que va y viene a voluntad y que cuanto menos te dejaba un regusto a misterio dificil de olvidar.


Luego en el cohe nos reiríamos con la anecdota de la guía, que cuenta que los novatos tienen que llegar a la cadena erguidos para demostrar su valía, pero yo me pregunto si habrá muchos beteranos que lo hayan logrado.